Lo que aprendí de los rechazos

Los rechazos son difíciles. Esperar a recibir una respuesta (y no recibirla) también es difícil.

Meses o años dedicados a crear algo, tratando de ver si está lo suficientemente bien, teniendo lectores de borradores, convenciéndote de que lo podés presentar a agentes, esperando que tu mail de presentación no sea un horror, y después…a esperar.

Para The Last Summer, le escribí a más o menos 100 agentes. Alrededor de un tercio rechazó lo que mandé, uno pidió leer más del manuscrito (y nunca me volvió a escribir), y el resto, sigo esperando respuesta.

Fue difícil, como dije. Y cada email con el rechazo es una daga chiquita, pero hay que recordar que no es personal y que no se tiene que perder la esperanza. Los mails son amables y respetuosos, y un agente o dos incluso pueden darte una devolución (breve) sobre el mail o sobre lo que presentaste. Los agentes no sólo tienen que lidiar con las propuestas que reciben (y de una muestra de dos o tres capítulos y una carta de presentación tienen que elegir si piden el manuscrito completo o no), sino también con contratos y editoriales, estar en contacto con autores que son clientes, ver el tema de derechos internacionales, otros medios de comunicación, y bastante más.

Lo que es más difícil para mí es la espera eterna. O sea, no estoy segura de que me encantaría recibir 100 rechazos durante una semana, pero el hecho de que algunos agentes te avisan por anticipado que les puede tomar hasta seis meses contestar (lo que entiendo — reciben alrededor de 300 presentaciones por mes, en promedio, aunque los géneros pueden depender) puede ser complicado.

No era muy paciente en mis veintipico (no cambié mucho), así que después de seis meses de rechazos y de no recibir respuestas, decidí ir por auto-publicarme.

Ya había escrito A Full Moon’s Night, On the Run, A Failing Condition y A Personal Investigation para cuando publiqué The Last Summer. Le pedí a mi lectora favorita que los vea, y después de tener su aprobación, los reedité y presenté a agentes, pero, honestamente, no le puse mucho esfuerzo. Ya estaba tan involucrada con el proceso de auto-publicarme y era tan impaciente que decidí seguir sola.

Ahora que sé cómo funcionan las cosas después de auto-publicarte, y porque no sabía el trabajo y esfuerzo considerables que siguen, estoy presentando todo a agentes y me doy seis meses para ver si alguien tiene algún interés.

Quizás es poco tiempo, pero creo que es un promedio de tiempo de respuestas, y también tengo ansiedad porque mis libros estén en el mundo, ¿me podés culpar?

¿Tenés experiencia con alguna de estas etapas de edición o métodos? ¿Cómo hacés con el rechazo?

Moira Daly

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