No me acuerdo cómo, exactamente, empecé a pensar en esta historia, pero si bien los recuerdos son ambiguos, sé que empezaron en agosto de 2019, cuando estaba en Londres. Al principio era un libro con cuatro partes, cada una siguiendo a una mujer de un grupo de amigas: Darcy, Lauren, Zoe y Beth. Seguí escribiendo y seguí escribiendo, más ideas y capítulos aparecieron en mi mente y eventualmente convertí una novela en cuatro.
La historia de Darcy está primera porque es la que sucede primero.
Cuando apareció en mi mente, ya era una escritora para un programa de TV, dispersa, con una capacidad para filtrar pensamientos y opiniones limitada, y negando. De las cuatro mujeres, era la que apareció más compuesta cuando empecé a escribir (no sé por qué) y me dediqué a su historia sin dudar.
Después de varios años en un mundo sobrenatural para jóvenes adultos, me mudé a un lugar más realístico y viejo (quizás para equiparar más mi situación personal). Estoy contenta de haberme volcado a chick lit (o ficción femenina contemporánea) porque a medida que fui escribiendo durante la pandemia, necesitaba todo el humor y amor a los que me pudiera escapar.
Pero volviendo a la historia.
Las cuatro amigas tienen personalidades, intereses y estilos de vida distintos, sin embargo se complementan de una manera que les resulta. Cada novela trata un desafío distinto (bueno, más de uno, pero el principal es distinto al del resto).
El desafío de Darcy está vinculado a lidiar con decisiones pasadas (errores) que de repente reaparecen cuando se encuentra con un conocido de su adolescencia. Y mientras es genial en su trabajo, uno de sus compañeros no está demasiado interesado en respetar ciertos límites, entonces tiene que descubrir ciertas cosas ahí también.
Mientras el punto de partida de la historia de Darcy está conectada con un reencuentro con Wesley, su viaje incluye analizar y organizar e identificar sus sentimientos, pensamientos, recuerdos y esperanzas para el futuro.
