Mi escritorio está un poco desordenado. Pero, para mí, dentro de ese desorden, hay bastante orden. Sé qué hay —aunque no sepa necesariamente dónde— y tengo muy en claro qué cosas no voy a encontrar ahí.
Además de mi computadora y de un atril de IKEA que sostiene a mis cuadernos cuando estoy tipeando lo que escribí a mano, hay otras cosas. Algunas son útiles, otras no tanto. Tengo un calendario semanal para listas que me encanta, del tipo que arrancás las hojas a medida que termina la semana. Tengo una taza con más de dos docenas de lápices y lapiceras, un liquid paper y tijeras. Tengo cinta scotch doble (no me di cuenta de que era doble porque la compré apurada la primera semana que llegué a Alemania). Tengo una lámpara azul de escritorio con collares colgando de ahí hasta que compre una estructura para colgar collares (dato de color: nunca lo voy a comprar). Hay una botella de medio litro de Harry Potter que me regaló una amiga, para asegurarme de tomar suficiente agua durante el día, y un maneki-neko. Y por último, pero no por eso menos importante, tengo mis Funko Pop de la Viuda Negra, la Princesa Leia, Tormenta, Mujer Maravilla y Daenerys. Siempre quiero agregar más (Capitana Marvel, Hermione, Jessica Jones, Leslie Knope, Valkiria), pero es la clase de situación en la que sé que si empiezo a comprar más, no me va a quedar lugar en el escritorio y a) manejo presupuesto de estudiante, y b) me voy a mudar en unos meses y necesito ser pragmática.
¿Qué tenés en tu escritorio? ¿Está ordenado, o está ordenado sólo para vos?