Editor vs. corrector

Hay un “vs.” en el título, pero en realidad no es una batalla.

En pocas palabras, puede parecer simple: mientras un editor trabaja con el contenido y también considera temas estructurales y de ritmo, el corrector se concentra en la ortografía, gramática y puntuación.

Sin embargo, cada uno hace más y es inevitable que haya superposiciones.

Cuando pensamos en las etapas para publicar un libro, la edición viene antes que la corrección.

Un editor se fija en el desarrollo de los personajes, el ritmo de la historia, si hay inconsistencias o errores de trama, cuáles y cómo son el tono y la velocidad del texto y más.

Suele haber idas y vueltas con el escritor (o los escritores) donde hay preguntas y sugerencias y, dependiendo de las circunstancias, pueden aplicarse más o menos cambios.

Si un autor es publicado tradicionalmente, entonces el editor va a estar más involucrado y la relación va a tener más idas y vueltas. Cuando el camino es de auto-edición, se puede contratar a un editor freelance dado que la mayoría de las editoriales de autor van a ofrecer, como mucho, servicios de un corrector. (Este último puede ser un servicio incluido en las tarifas pagadas).

Sea como fuere, un editor freelance probablemente especifique la cantidad de revisiones y reenvíos y las fechas límite, y dado que el editor no se ve muy afectado por el texto que es publicado y, por la naturaleza de la auto-publicación en general, los autores pueden sentir menos presión a hacer ciertos cambios. (Pero quizás esta es una perspectiva más cínica — muchos escritores aceptan las devoluciones de los editores y hacen uso importante de las mismas).

El corrector se involucra una vez que la versión final del manuscrito está terminada. No tendría mucho sentido que se corrijan la ortografía, gramática y puntuación para que después se cambien o reescriban uno o dos (o más) capítulos.

Si se contrata un corrector freelance, se pueden acordar distintos tipos de trabajo, con las tarifas correspondientes.

Tales tipos pueden ir desde una corrección básica ortotipográfica, pueden incluir también comprobación de hechos, nombres y fechas, y dependiendo del corrector, se pueden hacer ediciones relativas a la estructura (tales como cambiar el principio o final de un capítulo).

Entonces, como podés ver, los editores y correctores se complementan en términos de las etapas y tareas que cada rol cumple en las publicaciones. Y los dos son importantes porque sacan lo mejor de cada texto, cada uno a su manera. (Y sí, digo esto como editora y correctora; no nos puede reemplazar un programa).

Moira Daly

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