Ya escribí sobre las varias tareas que usualmente manejo al mismo tiempo. No sólo estoy esbozando historias, también escribo, edito, trabajo en el contenido de mis redes sociales y blog, trabajo full-time, mantengo amistades y vínculos familiares, hago tareas del hogar, y disfruto de tiempo libre. Así que, como podés ver, estoy con bastantes cosas y hay dos lados importantes para balancear todo: tiempo y concentración.
¿Cómo hago para manejar todo esto? Organizo —mi tiempo y mi mente— para enfocarme en distintos objetivos en determinados momentos.
Primero, para el tiempo, tengo un calendario semanal en mi escritorio que me recuerda qué tengo que hacer cada día, y también me anticipa qué tengo que ir preparando. Uso el calendario para fechas u horarios de entrega, reuniones, redes sociales, turnos médicos, y cosas aleatorias que necesito hacer, para hacerlas (como ir al súper u otras tareas del hogar). También incluyo actividades específicas para escribir o editar, dependiendo del paso en el que esté del proyecto, y tengo días específicos para planificar el contenido de redes sociales o escribir posts de blog.
Puede ser que suene como un poco excesivo en términos de organización y que no dé demasiado lugar a libertad creativa, pero es exactamente lo que necesito, en especial porque me permite enfocarme.
Si no me organizo con lo que tengo que hacer, en particular en términos de fechas de entrega e importancia —y el tiempo que le tengo que dedicar a cada tarea— entonces soy un desastre. Puedo intentar hacer algo mientras pienso —o me estreso— sobre otras cosas que tengo que hacer, y me puedo preocupar por no llegar a las fechas u horarios límite y me puedo estresar de más por el miedo a olvidarme de algo.
La organización visual me ayuda a concentrarme en cada actividad, porque ahí sé que tengo el tiempo necesario para todo lo que tengo que hacer y no me preocupo o anticipo problemas.
Por supuesto, siempre hay algo de flexibilidad porque sé que las cosas pueden cambiar. Una fecha límite se puede adelantar o atrasar, puedo tardar más de lo esperado en una tarea (o la puedo completar más rápido), o puede surgir algo inesperado y no relacionado que cambia a todo el calendario.
Entonces, me adapto lo mejor que puedo y siempre escribo un límite que está un día o dos (o una semana, dependiendo de qué se trata) antes del límite real. (Y para prevenir pasar demasiado tiempo en apps de redes sociales, descargué una app en mi cel que “planta árboles” cuando no lo estoy usando y siento culpa si evito que un árbol “crezca”, ¡así que ayuda!)
Encuentro paz en organizar mis tareas y también me encanta el color que el calendario le agrega a mi escritorio (y a mi vida).
¿Cómo te organizás?