Hay algunos escritores que trabajan con otros escritores. Desarrollan la trama, los personajes, el dónde y cuándo, y juntos crean una historia. No soy esa clase de escritora. Para mí, es una pasión de una persona. Tal vez soy demasiado egoísta o sobreprotectora de mis ideas, pero la verdad es que la mayoría de las veces escribo toda la historia junta — la trama — y no siento la necesidad de discutirla con otras personas antes de sentarme a escribirla.
Sin embargo, que escriba sola no significa que el libro final que publico sea únicamente producto de mi trabajo.
Cuando escribí mi primera novela oficial, The Last Summer, y pensé que no tenía nada para perder si la publicaba, imprimí una copia y se la di a mi mamá y después a mi hermana para leer. Se la hubiera dado a mi papá primero — a él le gustaban las novelas de suspenso y misterio — pero había fallecido antes de que yo la terminara. También le envíe el borrador a una amiga.
El resultado fue una devolución sumamente valorable que consideré mientras editaba la novela.
Había escrito los primeros cuatro libros de la serie The Five alrededor de 2012 y no estaba segura sobre publicarlos o no, así que dejé que mi sobrina mayor decida.
Una gran lectora, tuvo la tarea de convertirse en mi primera lectora de borradores oficial y de darme una devolución honesta. Lo hizo, y sus comentarios fueron constructivos y positivos.
Además de servir para problemas que pueda haber en la trama, ciertos errores o temas de ritmo, tener lectores de borradores puede servir en una manera más profunda y emocional. Sé que las personas, especialmente las que te quieren, pueden mentir, y quizás eso es lo que hicieron mi familia y amigos. Pero a la vez, como sé que saben lo mucho que me importa escribir, si hubieran pensado que los libros eran un desastre, me lo hubieran dicho — sutilmente.
Los lectores de borradores te pueden ayudar cuando estás dudando del futuro de un personaje o del final — o comienzo — de un capítulo; también pueden ayudarte a ver si hay aspectos de la trama que deberías cambiar porque se leen forzadas.
Por supuesto, los editores usualmente se ocupan de los temas que ellos — nosotros — tenemos el ojo entrenado para ver, pero cuando no podés pagarle a uno y te estás auto-publicando, creo que es esencial encontrar a alguien que te dé una mano. Especialmente si es alguien que lee libros del género en el que escribís y que está al tanto de lo que puede distinguir a tu novela de otras.
¿Tenés lectores de borradores? ¿Cuántos? ¿Sus comentarios te resultan útiles?